En homenaje a Juan y José Alfredo
El hombre carga en sus brazos a su hija enferma, corre en busca de un médico, pero el páramo por donde transita sólo contiene grandes piedras muy oscuras, el paisaje es el mismo hasta donde alcanza su vista. Entonces observa que su hija también es una piedra, así como él mismo, y que –como una piedra en el camino le enseñó– ése es su destino: rodar y rodar.
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